sábado, 10 de noviembre de 2012

PERFIL DEL DOCENTE DEL SIGLO XXI


El perfil del docente del siglo XXI, debe actualizarse constantemente, ya que el educador contribuye significativamente a lo más trascendente en el desarrollo personal y social de las nuevas generaciones, que bajo las circunstancias de hoy, están en constante aprendizaje. Por ello, la realidad que propone el siglo XXI exige al docente en el ejercicio de su función:

-Un cambio de actitud y la adquisición de nuevas competencias profesionales, atendiendo a la necesidad de cambio.
-La aplicación práctica de la investigación-acción como elemento de mejora de la propia práctica profesional y de la innovación.
-Trabajar en equipo, lo que exige nuevas destrezas sociales, y una nueva concepción del entorno educativo en donde se desenvuelve, de su sistema relacional, de valores y estructuras.
-Redimensionar la existencia de otros grupos de interés (familia, medios, otros profesionales) con los que tiene que relacionarse.
-La aplicación de las nuevas tecnologías que le permiten motivar, mejorar, replantear su labor docente en virtud de buscar nuevos estímulos que lo lleven a mejorarla.

Además de lo antes expuesto, el educador del siglo XXI no debe descuidar algunos elementos didácticos en sus funciones como docente el cual debe estar basado en un modelo de competencias que sugiere consolidar, aspectos como:

-Lograr claridad en los objetivos de aprendizaje.
-Propiciar condiciones favorables para el logro de aprendizajes significativos.
-Seleccionar y proponer estrategias diversas para lograr los objetivos.
-Tomar en cuenta las dificultades que se presenten y ajustar los objetivos a las posibilidades reales del grupo.

Por ello, el papel del maestro del siglo XXI es el de un agente de cambio que entiende, promueve, orienta y da sentido al cambio inevitable que nos transforma a todos. Lo que se pide de él es un compromiso con la superación personal, con el aprendizaje, con los alumnos, con la creación de una sociedad mejor y con la revolución educativa y social que se requiere urgentemente. Dado lo anterior, el docente debe ser:

-Un modelo de aprendiz, aprendiz de nuevas estrategias, técnicas, de nuevos enfoques y destrezas que propicia un mundo globalizado, competitivo y especializado características propias de la era del conocimiento.
-Un líder moderno, que dirige, orienta, da sentido y fortalece el esfuerzo de sus alumnos, conduciéndolos a una sociedad con mayor libertad, con múltiples alternativas pero también cargada de incertidumbre en la cual como diría Heráclito: lo único permanente es el cambio.
-Un cuestionador e investigador, que enseñe a pensar, a descubrir, a formular, a buscar.
-Un filósofo, amigo de la sabiduría y del conocimiento, buscador intelectual que adecue las teorías y modelos a una realidad concreta.
-Un visionario, que construya proyectos futuros integrales que ubiquen y motiven el quehacer de los alumnos en este mundo, con una concepción de lo que es el ser humano, sus posibilidades y trascendencia, un formador de las generaciones por venir, de las nuevas familias, comunidades, empresas e instituciones.
-Un maestro de la vida… que ponga en el centro de su vocación los valores humanos, solo así esta tendrá sentido y podrá recobrar el lugar social que le corresponde al lado de los tranformadores y forjadores de la sociedad.